viernes, octubre 31, 2008

Fraseando I

  • "Vale tener marcada en la conciencia esta advertencia: Quien lee un libro afirma, recrea y enaltece su condición humana. Un libro derrota a la ignorancia, consolida y robustece la inteligencia y defiende a la democracia contra cualquier asomo de terror." - Luis Jaime Cisneros, Educador.
  • "La atendible inquietud que no existe libertad espiritual sin libertad física." - (no me acuerdo).
  • "Si me he quedado solo, es por falta de maldad." - François George.
  • "Es fácil rodearse de gente divertida pero muy difícil encontrar gente de confianza".
  • "Cuando el mundo que nos rodea es muy poco humano, resulta muy humano alejarse de él". - Alfredo Bryce Echenique.
  • "El hombre, la libertad, la independencia y la pasión se han impuesto hoy a la comunidad, las convenciones, las fidelidades y la razón." - Alfredo Bryce Echenique.
  • "...después de la euforia, espero que tengas momentos de tranquilidad para escuchar puntos de vista no complacientes, pero tampoco apasionados..." - Federico Salazar.
  • "Vivimos en un mundo en que consumo y dinero quieren constituirse en valores y hemos perdido la certeza de que el espiritu existe." - Luis Jaime Cisneros.
  • "No quiero plomos. Hay que salir, divertirse, amar, volar, ir a los conciertos, tienes que mirar chicas, desgarrarte, romperte un poco, sacarte la mierda en la vereda, atravesarte la cara con un vidrio. La tarea de un escritor no es ser escritor. Eso es ser un huevón. Seré un perdedor, pero cualquier huevón no puede ser perdedor." - César Gutierrez Rivas, Escritor Arequipeño.
  • "Lo que distingue al hombre del niño es el saber dominar a una mujer. Lo que distingue a una mujer de una niña es el saber explotar a un hombre" - Cesar Pavese, Poeta Italiano.

lunes, octubre 27, 2008

El tío Sata o lo real maravilloso

No es rara la sensación de que en países como el Perú casi todo es posible. No en vano por estos lares surgió en la literatura el realismo mágico. En el Perú siempre suceden cosas que ameritan asombro y meditación. Pero hoy día quiero hablar de personas; en realidad de una persona. Se trata del tío Saturno o tío Sata, como lo conocemos en casa.

Tengo la certeza de que en muchos hogares peruanos hay un real y maravilloso personaje como don Saturno Costa Guerra. De origen shipibo, según cuentan; él dice que no se acuerda de nada. Adoptado a los seis años por mis abuelos, originarios y habitantes de Iquitos. Debe ser algo parecido a los ahijados o ahijadas que tanto abundaban (¿abundan?) en muchas casas, también en la costa y la sierra. Se apellida Costa como mi abuelo, pero el segundo apellido no era el mismo que el de los hijos propios. Era de la familia pero no era igual, tampoco en los nombres. Era un hijo pero también un empleado doméstico, que atendía a todos, que dormía en un cuarto como ellos ("adentro"), pero no almorzaba en la mesa del comedor sino en la cocina.

Fue al colegio, pero nunca pudo terminarlo.Quiso tener una vida privada pero nunca la tuvo. Tuvo aventuras pero nunca una compañera. Es esa extraña mezcla entre hijo y siervo (servidumbre) tan común en una sociedad estamental, clasista y racista. ¿Herencia colonial? ¿Pobreza? Y no que mis abuelos no fueran grandes personas en muchos sentidos; pero en esta historia fueron típicos del Perú, de Iquitos y luego migrantes en Lima, a donde por supuesto trajeron al tío Sata, seguramente sin consultarle.

Es una persona que sólo vivió para cuidar, atender y engreír a los demás. Cuidó de mis abuelos, hasta el final; luego acompañó a mis padres. A mí me enseñó cómo jugar con un gato y cómo cuidar a los perros. A comer tacacho con cecina y aguajes con azúcar. Cocona con sal y pijuayos sancochados. Confieso que los huevos de charapa nunca me gustaron, pero la chonta fresca siempre sabe a recuerdos y a selva. Y me regaló mi primer afiche de Teófilo Cubillas; hincha del Alianza, como se debe.

Todos los días a la panadería, nada como el pan fresco. Todos los días al mercado, detestaba no poder tocar lo que compraba. Enemigo de los supermercados, lo ponían nervioso, no conocía a nadie, no tenía caseritas. A mis hijos, cuando visitaban a los abuelos, y ellos ya son la cuarta generación, les enseñó a tomar sopa o a odiar la sopa. Así fue y es; siempre respetuoso de la individualidad de cada quien. Y desarrolló muy claramente la suya, por ejemplo en sus opciones políticas al votar. Mejor no cuento por quién ni qué diarios lee….

Haber vivido la experiencia de contar en la vida con un tío Sata ha sido un regalo para nosotros, pero sabemos también que es fruto del egoísmo de una cierta mentalidad, de una sociedad, de una cultura. Es un privilegio haberlo disfrutado, pero creo que son de esas historias que no deben repetirse. El psicoanálisis y también la filosofía nos enseñan eso que se llama la ambigüedad de los sentimientos. Todo el mundo debería conocer la incondicionalidad y la gratuidad de un afecto como el suyo, una maravilla; pero nadie debería ser un hijo y sentirse realmente un siervo al mismo tiempo. Tuvieron felizmente el buen tino de pagarle un seguro social y una jubilación. Su vejez ha transcurrido en casa, rodeado de su familia.

Me permito compartir hoy esta experiencia tan personal, porque creo que es una historia común en muchos hogares peruanos. Su vida, y espero que aún dure largo tiempo, es una lección de vida. Las nuestras han sido mejores porque lo tuvimos a él.

Sin embargo, hoy está luchando contra una extraña enfermedad. Ha sido feliz, ciertamente; pero ahora que pienso en su presencia y en su ausencia me queda la duda de si realmente tuvo la posibilidad de elegir el tipo de vida que quería vivir y de optar por las capacidades que hubiera querido desarrollar. Eso que se llama libertad. Y es una duda que duele, aunque los protagonistas de la historia sean otros.

Por: Pepi Patrón
Opiniones - El Domingo - La República
21/09/08

martes, octubre 07, 2008

Sobre la contaminación ambiental. (4to comentario)

Creemos que ha habido advertencias que han sido consecuentes de investigaciones, referidos a la polución mundial, pero haciendo caso omiso a estos consejos las consecuencias ya se están viendo “estos días” donde ahora sí, se le toma la importancia debida o aunque sea intentamos darle la importancia que se merece.

Hoy en día, cuando un montón de bosques se ha perdido; hoy, cuando recién algunas industrias se han dado cuenta que con sus productos dañan la capa de ozono y que ya no pueden revertirlo; hoy, cuando expertos e investigadores predicen sequías en todo el mundo y además “otros” auguran guerras por el agua.

Creemos que el “mensaje a la conciencia” se dio, y que hemos hecho “oídos sordos”. Pues ahora, las consecuencias de nuestra actitud egoísta se ven a la vista, gracias a una humanidad depredadora y además, muchos afectos al poder del capitalismo donde no importa nada sólo lo que se produzca de riqueza. Y no solo nos “jodemos” nosotros, nuestra actitud nos lleva a dañar otras especies incluso eliminándolas del planeta que también es de ellos.

Ahora, sabiendo claramente lo que puede pasar en algunos años con nuestro planeta, seria un crimen contra la tierra si ahora sí, no hacemos nada. Los expertos han dado cantidad de consejos de lo que podemos hacer para revertir esta situación o al menos que no se haga más agudo el problema de la contaminación global.

En nuestras manos está la solución del problema, hagámoslo por el futuro de nuestros hijos, porque al decir verdad, si la situación continua así, los que sufrirán las consecuencias serán ellos y si eso no nos importa pues habremos caído en lo más bajo del egoísmo humano.

José David Villanueva Velasco
4to comentario de un artículo periodístico.
Curso: Comunicación Oral y Escrita.
17/05/07